Hoy jueves 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente y, en esta ocasión, la Organización de las Naciones Unidas nos convoca a poner el énfasis en hacer un masivo y urgente llamado para combatir la contaminación por plásticos. Este acento refuerza la creciente preocupación pública relacionada con la desmedida producción y el consumo irracional de ellos, lo cual lesiona con severidad nuestros diversos ecosistemas; perjudica a la fauna y la flora silvestres; contamina nuestros ríos, esteros y océanos e, inclusive, deja su muy adversa impronta sobre la salud humana.
Las motivaciones económicas y comerciales de la masiva producción de plásticos se conocen y la comodidad de consumirlos también (bolsas en los supermercados, popotes para beber leche de sabores o jugos de fruta, envolturas, envases, recipientes, para medicinas, detergentes, verduras, galletas, agroquímicos, mayonesas o agua). El grave problema que generan las consideraciones exclusivamente económicas, comerciales, las de almacenamiento y transportación de bienes, y las relacionadas con una vida diaria con mayor facilidad y “confort”, es que los plásticos en general y, peor aún, los de un único uso, una vez consumidos y desechados se convierten en una de las agresiones de mayor peligrosidad para la capacidad de carga ecosistémica de nuestro planeta.
Está documentado, por fuentes internacionales y nacionales que la presencia y el peso de los macro, micro y nanoplásticos en los océanos es potencialmente mayor a la de la biota marina. En la reciente Cumbre de la hoy Red Mexicana de Universidades por la Acción Climática (https://www.gaceta.unam.mx/wp-content/uploads/2025/05/DCRyRPAC2025.pdf), la doctora Julia Carabias aportó evidencias al respecto en su excelente conferencia magistral.
El Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo ha publicado diferentes versiones de la situación en que se encuentran los nueve umbrales planetarios imprescindibles para todas las expresiones de la vida en el planeta Tierra (https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html). En 2009, de los siete umbrales planetarios evaluados hasta entonces de los nueve identificados, ya habían sido rebasados tres. En 2015, de esos mismos siete umbrales, se añadió uno más con evidencia incontrovertible acerca de su rebasamiento. En 2023, al haber contado con información disponible para evaluar las presiones antrópicas sobre los nueve umbrales aludidos, seis de ellos ya habían ido más allá de su frontera de “operación o funcionamiento seguro”. Uno de esos seis umbrales ya traspasados es el correspondiente a la introducción de sustancias, compuestos y materiales de manera desmedida en ciudades, drenajes, ríos, océanos, biota marina y organismos humanos, principalmente relacionados con macro, micro y nanoplásticos. Éste se reconoce como uno de los problemas de mayor gravedad y duración de nuestro tiempo.
¿Qué hacer? Desde hace muchos años la UNAM realiza investigación científica al respecto y, crecientemente, vienen actualizándose los contenidos curriculares de la docencia universitaria para formar a profesionales, en muy diversas áreas del conocimiento, con estos nuevos hallazgos de la ciencia. También se han realizado innumerables seminarios, coloquios y foros entre personas expertas sobre estos acuciantes temas. Ahora también tenemos que acelerar el paso para evitar el consumo universitario indiscriminado de plásticos y autoexigirnos no beber agua en botellitas de plástico, alimentos ultraprocesados ofrecidos en envolturas de plástico, jugos y lechitas con popotes de plástico, bolsas de plástico para diversos usos, etcétera. Es decir, tenemos que evidenciar que sí es posible vivir sin consumir, de manera irrestricta o indiscriminada, productos de plástico en nuestras ciudades y en nuestras facultades, escuelas, institutos, centros, programas, seminarios y campus. Esta postura y propuesta deberá pasar también por decisiones de un uso racional, ambiental y sustentable, de nuestro presupuesto universitario. Estudiantes, personal académico, de base y administrativo, así como autoridades universitarias tendremos que hacer esfuerzos y compromisos adicionales con estos desafíos de nuestro siglo XXI.
El Día Mundial del Medio Ambiente en este 2025 pone el acento en combatir la contaminación por plásticos, aprovechemos la oportunidad para evitar nuestro consumo masivo de los mismos y en poner en vigor acciones eficaces al respecto, apoyadas en reglamentaciones internas obligatorias que así lo exijan. Haremos la propuesta correspondiente para que la Red Mexicana de Universidades por la Acción Climática asuma compromisos similares. Hagamos de esta preocupación global y nacional una oportunidad de entendimiento mutuo entre quienes integramos la comunidad universitaria, para avanzar en nuestra propia agenda ambiental vigente expresada en el actual Plan de Desarrollo Institucional (PDI-UNAM) y la Estrategia de Resiliencia y Sustentabilidad de nuestra Universidad (ERES-UNAM, somos sustentables). ¡No a la contaminación por plásticos!
*Coordinador Universitario para la Sustentabilidad